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Qué es el Storytelling
Cuando hablamos de storytelling, en realidad estamos hablando del arte de contar historias para transmitir algo a aquellos que nos leen. Es un método que nos permite humanizar nuestra firma, darle un nombre propio, y conseguir que nuestra audiencia empatice aún más con nosotros. Para conseguir este objetivo, se busca una historia que sea capaz de generar empatía en nuestra audiencia.
La clave es que los personajes de este storytelling consigan que aquellos que nos lean se sientan identificados y, por supuesto, esto conlleva un trabajo enorme por parte de aquel que cuenta la historia. Es imprescindible conocer cuál es nuestro público objetivo, saber qué mensaje queremos transmitir y qué elementos nos pueden ayudar a conseguir ese engagement que deseemos. Es decir, conectar de forma emocional con nuestros potenciales compradores.
Hay diferentes tipos de storytelling, dependiendo de lo que quieras transmitir y, por supuesto, de a quién te dirijas. Pero todos tienen algo en común: se invita a apostar por la creatividad, y conseguir que esos contenidos sean algo más que un mensaje plano. Crear una historia que aquellos que nos lean no puedan olvidar, y que recuerden siempre cómo se sintieron al leer ese texto. Porque, como señaló Maya Angelou, “la gente olvidará lo que dijiste, lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir”. El buen marketing es aquel que llega al corazón, y deja huella.
Storytelling en marketing
Pero ¿cómo aplicamos este storytelling en el mundo del marketing? Hay que tener claro, a la hora de construir la historia, a quién nos estamos dirigiendo. Es decir, debemos conocer a nuestros usuarios y saber qué es lo que hace que vibren a nivel emocional. Es la base de lo que se conoce como inbound marketing, y una de las técnicas que más beneficios está demostrando tener a largo plazo.
Además, es importante contar con alguien que sepa cómo contar esa historia. No basta con tener un mensaje, unos personajes y unos elementos narrativos. Hay que saber construirlo todo, darle un sentido y, sobre todo, conseguir captar la atención del lector.
No debemos confundir storytelling con un anuncio, o con un texto largo, porque no tiene nada que ver. Este tipo de narrativa debe tener unos valores en su interior que el público acabe por asociar a tu marca, pero también debe ser capaz de motivar a tu propio equipo. Debe enraizar tu firma, demostrar que detrás de esa empresa hay una historia, y que se esconden personas que han luchado por llegar donde están ahora mismo. Y, además, debe tener una estructura concreta de inicio, nudo y desenlace, como toda buena historia que se precie.
Como ya se ha podido comprobar, merece la pena invertir en un buen storytelling. Al narrar algo de esta manera, se consigue dejar huella en el público, conseguir que conceptos que pudieran ser abstractos pasen a verse con claridad. Asimismo, es una buena manera de crear comunidad, de conseguir una mayor fidelidad por parte de nuestros usuarios. Y es por eso por lo que se ha convertido en un imprescindible dentro del mundo de la publicidad. Se ha demostrado científicamente que el hecho de contar una historia estructurada y con un formato adecuado hace que lo recordemos mejor, y es algo que el marketing ha querido aprovechar.
Cómo se debe hacer un storytelling
Ya tenemos claro qué es un storytelling, qué beneficios trae consigo y cuál es su papel dentro del marketing. Pero nos falta lo más importante: ¿cómo construimos uno? Lo primero que debemos recomendarte es que cuentes siempre con profesionales del mundo de la redacción, puesto que hace falta tener una pluma ágil para crear una buena historia. Tras esto, hay ciertos pasos que son importantes en el proceso de creación.
- En primer lugar, debes de plantearte cuál es el objetivo real detrás de esta historia. ¿Quieres dar a conocer tu empresa? Pues fija esto en tu mente, y no lo pierdas de vista.
- Tras esto, es imprescindible que definas el mensaje concreto que quieres dar, qué valores quieres que se asocien a tu marca.
- ¿Conoces tu buyer persona? ¡Es clave! Debes conocer a tu audiencia, saber qué le interesa, qué le motiva o qué podría ayudarte a crear esa empatía que necesitas.
- ¿Qué tipo de historia quieres contar? Puede ser una basada en el pasado, que transmita todo lo que se ha vivido hasta llegar a ese punto. O puede ser una que vaya más allá, que narre ese futuro al que quieres llegar. Hay diferentes tipos de storytelling, así que es imprescindible saber cuál encaja mejor con tus objetivos.
- Una vez que tengas el hilo narrativo, o una base de este, elige a tus personajes. Estos son los que deben generar la máxima empatía posible en tus lectores, así que busca que se sientan reflejados en ellos.
- Es muy importante que decidas el formato concreto: ¿digital? ¿Prensa escrita? ¿Vídeo? Cuando lo sepas, ¡podrás comenzar a crear!
Los pasos deben estar claros, y no te debes dejar atrás ninguno de ellos, porque eso podría conllevar que la historia no tuviera todo el sentido que buscas. Como ya hemos señalado, ¡es algo complejo! De ahí que se recomiende contar con asesoramiento profesional en todo momento.
Ejemplos de storytelling
El storytelling se ha puesto muy de moda en estos últimos años, y es fácil encontrar muchos ejemplos actuales. Aunque hay uno que en España se considera historia del marketing: el anuncio de la Lotería de Navidad. En este, no nos instan de forma directa a comprar un cupón. Siempre nos cuentan una historia, que puede variar cada año, pero que tiene siempre el mismo objetivo: mostrarte los beneficios de la Lotería. Además, los publicistas buscan historias emotivas, que sean capaces de llegarte al corazón y que te cueste olvidar. ¿Quién no recuerda cómo un hombre no pudo comprar el boleto, pero sus amigos se hicieron con uno para dárselo? ¡Es casi historia de nuestro país!
Aunque hay muchos más ejemplos, especialmente en el mundo audivisual. Casa Tarradellas triunfó con un storytelling en el que mostraba cómo un padre conocía al novio de su hija. Y es que esta es una situación común, fácil de reconocer, y que probablemente todos hayamos vivido de una manera u otra. Y esta es la magia del storytelling: conseguir que aquellos que ven o leen nuestra historia se sientan protagonistas de ella.
