Contenidos
- 1 En primer lugar: ¿qué es una marca?
- 2 Identificación del público objetivo
- 3 Análisis de la competencia
- 4 Desarrollo de la identidad de marca
- 5 Definición de la propuesta de valor
- 6 Estrategias para la visibilidad de la marca
- 7 Planificación de la estrategia de lanzamiento
- 8 Gestión y crecimiento de la marca
- 9 Adaptación y evolución de la marca
En primer lugar: ¿qué es una marca?
Lo primero que debes saber es que una marca va mucho más allá de un nombre, un eslogan o un logotipo concreto. Es un conglomerado de todo aquello que los consumidores asociarán con tu empresa, o con tus productos o servicios. Y eso implica mucho más que un nombre o una seña visual.
Podríamos hablar de una suma de valores, personalidad, identidad visual y, además, toda la experiencia que el cliente tenga con nosotros. Es crucial entender esto para entrever hasta qué punto es importante un estudio previo a la hora de crear una marca.
Cuando hablamos de crear una marca, realmente nos estamos refiriendo a esa relación que generamos con los clientes, a esa reputación que nos precederá. Es crucial que desarrollemos desde el primer momento una marca que sea sólida, y en la que todo tenga coherencia, puesto que eso atraerá a nuestros clientes ideales. A largo plazo, nos ayudará a ganar más reconocimiento y también hará que nuestros ingresos se incrementen notablemente. Para conseguir todo esto, es importante que seamos capaces de definir nuestros valores y nuestros objetivos como marca.
Identificación del público objetivo
Otro paso fundamental es el de investigar quién es nuestro público objetivo, así como recabar todos los datos que podamos sobre él. Cuanto más conozcamos sobre nuestros potenciales clientes, mejor sabremos qué es lo que necesitan o buscan. Con todo este conocimiento, podremos atraerlos mejor a nuestra marca y conseguir que se interesen por nosotros y por nuestros productos.
Además, nos permitirá dar con nuestra audiencia indicada cuando queramos realizar campañas de marketing. Sabremos qué es lo que buscan, con qué lenguaje podemos llegarle, qué productos o servicios les resultan más interesantes… Y eso acabará repercutiendo en una subida de ventas y, por lo tanto, en el éxito de nuestra empresa.
Es imprescindible poder segmentar el público y, para ello, hemos de comenzar siempre con una investigación de mercado.
Análisis de la competencia
En esta investigación de mercado, también es importante analizar tanto a nuestros competidores directos como a los indirectos. Esto nos dará información muy valiosa sobre el mercado, señalándonos qué es lo que les ha hecho triunfar y, por lo tanto, qué estrategias podrían sernos útiles a nosotros como empresa. Aunque lo más importante es ver qué oportunidades están dejando escapar nuestros competidores para, de esta manera, ver cómo podemos diferenciarnos del resto y encontrar un lugar único para nosotros.
Desarrollo de la identidad de marca
Cuando ya hemos llevado a cabo una investigación completa del mercado, y tenemos tanto datos sobre nuestros competidores como sobre nuestro público potencial, pasamos a crear en sí la marca. Al conocer nuestro entorno, tendremos todos los ingredientes para desarrollar una marca exitosa.
Elección del nombre de la marca
Cómo no, ¡llega el momento de elegir un nombre! Es un asunto muy personal y subjetivo, pero sí que hay ciertos consejos que te ayudarán a dar con el nombre perfecto:
- Busca algo distintivo, único, que no se pueda confundir con nada que ya hubiera antes.
- Trata de hacer que sea lo más representativo posible tanto de tu producto o servicio como de tus valores.
- No uses palabras extremadamente complicadas, puesto que eso podría acabar por provocar que los clientes no recordasen la marca. Es mejor buscar un concepto sencillo y, sobre todo, que les permita buscarte sin problemas cuando deseen hacerlo.
Probablemente, será uno de los pasos en los que más te demores, puesto que es una decisión muy importante. Aunque también debes saber que existe el concepto de rebranding, y que muchas empresas han apostado por él. Es un proceso complejo, y que no siempre es exitoso, pero puede llegar a serlo si se realiza de forma correcta.
Diseño del logotipo y paleta de colores
Llegamos ahora a otro apartado que es igual de importante que el nombre de la marca: el logotipo y los colores. Y es que estos transmiten mucho, mucho más de lo que creemos en un primer momento. Es importante ver qué asociamos los seres humanos con cada uno de los colores antes de decidir nuestra paleta, para que así haya una coherencia entre esto y lo que queremos transmitir.
Además, tanto los colores como el logotipo nos ayudarán a crear una identidad visual y a ser reconocidos por mucho más que un nombre.
Creación de un manual de identidad visual
Cuando hablamos de una identidad visual, nos referimos a mucho más que solo el logotipo o los colores: también hemos de tener en cuenta el eslogan, las imágenes que vayamos a usar, la tipografía que nos vaya a acompañar… Todo esto tiene que ver con la coherencia del lenguaje de nuestra marca. Y, por supuesto, también hemos de ser cuidadosos con el vocabulario y el tono que escojamos tanto en el eslogan como en cada publicación que hagamos posteriormente.
La clave es, como ya hemos señalado, la coherencia. Tener claros cuáles son nuestros valores, qué queremos transmitir, y actuar en consecuencia.
Definición de la propuesta de valor
Un factor muy importante a la hora de crear una marca es aportar algo de valor a los usuarios. No basta con vender un producto o un servicio, puesto que ya hay muchas empresas que hacen esto. Hay que ir un paso más allá, y ofrecer una experiencia única, mostrarle al potencial cliente que comprarnos a nosotros es la mejor decisión que va a tomar. Y, para ello, hay que aportar algo más que solo un producto. Hemos de destacar, buscando diferenciarnos del resto.
Diferenciación y posicionamiento de marca
Pero ¿cómo nos diferenciamos?, puede que te preguntes. Es uno de los apartados más complejos a la hora de crear una marca, sobre todo por la magnitud del mercado ahora mismo. Y es por eso por lo que es crucial investigar a todos los que serán nuestros principales competidores, y descubrir qué ofrecen, así como cuáles son sus puntos débiles. De esta manera, podremos marcar la diferencia y acabar por destacar, posicionando nuestra marca como algo diferente.
Nuestro mensaje de marca debe ser coherente, reflejar nuestra personalidad y valores, así como llamar la atención del público que nos rodea.
Estrategias para la visibilidad de la marca
Una vez establecida la marca, hemos de pasar a otro paso crucial: darnos a conocer. Por suerte, internet pone una gran cantidad de herramientas al alcance de nuestra mano, ¡y sin necesidad de hacer grandes inversiones! Aunque es cierto que es imprescindible saber cómo usar estas herramientas para que nuestra marca realmente se dé a conocer, así que nunca está de más contar con la ayuda de expertos.
Creación de un sitio Web y presencia online
En plena era digital, toda empresa debe tener sí o sí una página web en la que ofrezca la información completa sobre sus productos o servicios. Además, debe dar información de contacto, así como datos sobre su propia marca, para poder llegar a una gran cantidad de personas. Esto aporta credibilidad y, además, te permitirá conseguir clientes mucho más allá de tu círculo inicial.
Redes Sociales y estrategias de marketing de contenido
No basta con tener una página web: hay que tener redes sociales y, por supuesto, generar contenido en ellas de forma periódica. De esta manera, iremos atrayendo a más usuarios y dándonos a conocer. No solo es bueno para conseguir ventas, sino también para generar una red de contactos y para ofrecer un feedback más rápido a todos nuestros seguidores.
Por ejemplo, podremos aprovechar los posts en diferentes redes sociales para mostrar nuestros nuevos productos, o para enseñar las ventajas y beneficios de algunos de ellos. También se pueden mostrar experiencias de usuarios, responder dudas frecuentes o incluso abrir ronda de preguntas para que los clientes se sientan parte de nuestra marca. Es una forma de sustentar nuestra identidad visual y de hacer que se sientan cercanos a lo que somos como empresa.
Planificación de la estrategia de lanzamiento
El lanzamiento es una de las mejores oportunidades para dar a conocer tu empresa, tus objetivos y tus valores. Y, hoy en día, con las redes sociales, hay muchas formas y muy creativas de hacerlo. Crear expectativas durante semanas antes del lanzamiento aprovechando la viralidad de TikTok, por ejemplo, puede ser una buena forma de llamar la atención de los usuarios.
Se apueste por el lanzamiento que se apueste, lo que es importante es planificarlo bien, teniendo siempre en cuenta cuál es nuestro buyer persona y qué es lo que podría llamarle la atención.
Gestión y crecimiento de la marca
Crear una marca no es solo diseñarla y, posteriormente, dejarla fluir. No, es imprescindible saber gestionarla, buscar que vaya creciendo a la par que mantiene una coherencia con eso que diseñamos en un primer lugar. Para ello, es importante continuar investigando, analizando qué es lo que busca el mercado, qué quieren los clientes y qué ofrecen nuestros competidores.
Adaptación y evolución de la marca
Pese a que hayamos diseñado un manual completo con nuestra identidad como empresa y como marca, no hemos de olvidar que el contexto en el que nos encontramos cambia. Y, al cambiar, eso hace necesario que nosotros vayamos adaptándonos. Esto puede implicar desde pequeños ajustes del mensaje que estamos dando hasta un completo rebranding.
Diseñar una marca sólida y duradera requiere mucho tiempo, esfuerzo y, sobre todo, comprensión absoluta de la audiencia que nos rodea. Y, por supuesto, saber cómo se mueve el mercado. Pese a lo complejo que es, basta con una buena estrategia, bien planificada y coherente, para que cualquier empresa pueda alcanzar el éxito.
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